Interrumpe el preceptor la clase y dice:
-"Ladjet y Romero, los llaman de dirección, Silvia (la directora) quiere hablar con ustedes.
Un silencio atroz imbade el aula, luego este es interrumpido por un abucheo y deseos de suerte ante el desafío venidero. Todos preguntan que hicieron, por qué los llaman.
Con mi compañero salimos del aula y nos inunda un sentimiento que a pesar de no ser nuevo no es nada grato. Mientras caminamos por el pasillo interminable pensamos y tratamos de recordar todas las metidas de pata que cometímos esa semana y cuál de ellas merecía una sanción de la directora.
Sebastián (el preceptor) dice no saber nada y nos mira con cara de "no me gustaría estar en su lugar".
Miren que yo no soy nada quilombero eh, solo creo que esta sensación debería ser descripta al menos por un grupo de facebook. Quizás alguien más extremista podría decir que si nunca te pasó/pasa algo así "no tenés vida".
Como quien entra al cervicio penitenciario e intercambia miradas con todos los presentes ingresamos en la oficina de la directora que nos esperaba con una cara un tanto peculiar.
Bueh, me voy a ver una peli de dibujos animados, chau
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